jueves, 30 de junio de 2011

~Capítulo 15~

Mientras subíamos, fuimos haciendo el idiota con las velas. Estábamos emocionados de tener en nuestras manos el único objeto que nos proporcionaba algo de luz entre tanta oscuridad.

Abrí la puerta de mi cuarto. Estaba totalmente a oscuras.

-Joer, que mied…

En ese momento, un rayo iluminó toda la estancia.

-¡Ahh!-grité, y me abracé a Danny.

Este rió.

-Pero tranquila, mujer…

-Estas cosas me dan miedo.

-¿La tormenta te da miedo?

-Sí, me asusta. Mucho. Pienso que me va a comer.

Danny se rió ante eso.

-Yo sí que te voy a comer.

-Sigue soñando, Danny. Sigue soñando.

-De ilusiones, también se vive…

Reí.

Pusimos las velas en la mesita de noche.

-¡Eh, pero si esta es nuestra foto!- exclamó Danny, al ver el marco.

-Sí, no me he separado de ella desde que me la diste.

-Yo tampoco me he separado de la mía.

-Que mono eres.

Sonrió.

-Voy a ponerme el pijama- le comuniqué.

-Vale, no miraré.

Se dio la vuelta y miró fijamente a la pared.

-Si para lo que hay que ver…-le dije.

-¡Eh! A mí me gusta.

-Ya - me reí.

Me puse mi camiseta de tirantes negra y mis pantalones cortos grises cómodos de siempre y me tiré sobre la cama.

-Ya estoy.

Dejó de mirar a la pared. La había mirado con tanta intensidad que pensé que la habría hecho un agujero.

Otro rayo.

Volví a gritar y me agarré con más intensidad a Danny.

-Me gustan las tormentas.-dijo este.

-Ya…

Le solté y me metí en la cama.

Se levantó.

-¿Adónde vas?

-A ponerme cómodo.

Se quitó la camiseta y los pantalones, quedándose solo en boxes.

-Yo siempre duermo así.-se justificó.

-¿Acaso yo me he quejado? Vamos, ven.

Le hice un hueco a mi izquierda. Se tumbó allí. Yo estaba tumbada de modo que le daba la espalda.

Me apartó el pelo de la espalda y se entretuvo haciendo círculos con los dedos en ella. Me hacía cosquillas.

Entonces, un trueno, especialmente sonoro, me asustó.

Grité y me di la vuelta, agarrando a Danny como no lo había hecho en la vida. Él apoyó su cabeza en la mía.

-Dile a los truenos que se vayan, Danny, que me dan miedo.

Rió.

-Dudo que me hagan caso.

-Bueno, pues si ellos no pueden irse, quédate tú.

-No me muevo, Cris. Me quedo aquí contigo.

Empezó a pasar su mano por mi pelo. Eso me tranquilizaba.

Yo le dibujaba cosas incomprensibles en el pecho.

Levanté la cabeza y le miré.

Él también me estaba mirando.

Sonreí.

Y empecé a besarle.

Al principio, tranquilamente, pero después con más urgencia.

Le agarré de la cara con las manos y le atraje más hacía mi. Le necesitaba cerca.

Rodó y se quedó sobre mí, pero en una postura la cual no tuviera que soportar su peso. Eso me daba igual, yo lo quería más cerca, todo lo cerca que se pudiera. Más, aún.

Me separé de él para respirar un poco.

No sabía hasta donde quería llegar… ¿o sí?

Volví a besarle. Le necesitaba. Mucho. Más de lo que había llegado a imaginar.

Empecé a juguetear con su pelo y froté mi nariz con la suya.

Lo había decidido. Quería darle a entender que quería más. Le miré intensamente mientras le pasaba una mano por la espalda. Captó la indirecta.

-¿Estás segura? Creo que deberíamos esperar un…

Le interrumpí besándole con pasión.

-Lo estoy.-le susurré.

Sonreí con picardía. Me devolvió la sonrisa, añadiendo un beso.

Sus manos volaron raudas a mi camiseta, ayudándome a deshacerme de ella. Siempre pensé que, cuando llegara este momento, estaría nerviosa, pero no lo estaba en absoluto. Era Danny quién me hacía sentirme bien, tranquilizándome a cada paso.

Ya solo me quedaba una prenda, al igual que a él. Finalmente, nos quedamos los dos como nuestras madres nos trajeron al mundo.

-¿Estás segura? Mira que podemos parar y esperar…

-No, ahora.

Cuando se me metía algo en la cabeza, no había quién me lo sacara, y él no iba a ser más.

Sonrió.

-Cabezota.

Le besé.

-Continua.-pedí.

Rió.

-¡Oh, se me olvidaba!

Se levantó de encima de mí y rebuscó entre los pantalones.

-¿Qué haces?-le pregunté.

Me señaló un preservativo que llevaba en la mano.

-¿No querrás ser mamá tan temprano, verdad?

-Sí, quiero veintitrés hijos, todos con pequitas y ojos azules, correteando todos y chocándose entre ellos.-me reí ante esa escena.

Me miró con los ojos desorbitados, fingiendo sorprenderse.

-¿Veintitrés hijos? Uff, entonces, contra antes me ponga a ello, mejor.

Me hizo reír a carcajadas con aquello.

-Vamos, ven.

-Grr.

Me volví a reír.

Se puso lo que se tenía que poner y volvió a ponerse sobre mí.

-Entonces…¿me permites?

Volví a reír.

-¡Siempre me preguntas lo mismo!¡Pues claro!

-Pues allá vamos.

Eché la cabeza para atrás.

-Lo importante es que estés relajada.

Suspiré.

-De acuerdo.

-Dime si te duele y pararé.

Me empecé a reír.

-Esto es de todo menos serio.

Ahora rió él. Me lo contagió a mí.

Cuando conseguimos serenarnos, proseguimos. Antes de que me diera cuenta, ya lo tenía dentro de mí.

Fue todo bastante rápido. Cuando terminó, cayó sobre mí. Yo le abracé y jugueteé con su pelo, mientras le decía cuánto le quería al oído y así, nos dormimos.

3 comentarios:

  1. O_O momento pornosoo jajaja el siiiguiienteeee*_______* me encanta :)

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  2. ainnnnnns!!! que bonitoo *_*
    Siguiente!!

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  3. PORNO Cris, PORNO es lo que quiere la gente JAJAJAJAJA

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