martes, 19 de julio de 2011

~Capítulo 21~

Me despertó el sonido como de Tom saltando encima de mi cama.

-¡Tom! ¿Qué haces?-le amonesté.

-¡Vamos a la playa, vamos a la playa!-gritaba sin cesar de saltar.

-¡Para, te vas a dar con el techo o te vas a hacer daño!

En ese momento, se tropezó con una inoportuna pierna de Danny y cayó sobre mí.

-Pues al final no me he hecho daño, caí sobre blandito.-dijo, mirándome a los ojos.

-¡Eh, ¿qué pasa aquí?!-Danny se había despertado y nos había encontrado en esa comprometida situación.

-Pues…

-Verás…yo estaba saltando y…

-¡Aprovechado!-Danny empezó a pegarle con la almohada-¡¿Qué querías hacerme mientras dormía, eh?!¡Depravado!

-¡A ti nada!

-¡Ah, entonces ¿qué querías hacerle a Cris, eh?! ¡Confiesa!

-¡Nada, también! ¡Solo vine a despertaros! ¡Ah, me pega!

-¡Danny, para!-Me metí entre los dos y al final Danny acabó dándome con la almohada a mí.-¡Para, te digo! ¡Para o te comes la almohada!

Paró.

-Y ahora, le vas a pedir perdón a Tom y le vas a dar un abrazo como buenos amigos que sois.

Tom se sentó en una esquina de la cama, fingiendo enfadarse.

-Yo con ese ya no quiero cuentas.

-Anda, pues yo con ese menos.

Les tiré de las orejas a los dos.

-¿Decíais?

-Ven Tom, perdona tío.

-Sí, Danny, la culpa es mía, sí.

Y se dieron un abrazo.

-Eso está mejor.

Alcé la cabeza, complacida.

-¡Corre, ahora!

-¡Qué no escape!

Se tiraron sobre mí.

-¡Ehh! ¿Qué hacéis?

-¡Sujétala, corre!

-¡Parad, me hacéis cosquillas!

-¡Eso es lo que queremos!

-¡Ah, parad!

En ese momento, Harry hizo su mágica aparición.

-¡Harry, por lo que más quieras, ayúdame!-le grité desesperada.-¡Sálvame de estos maníacos!

-¡Vale! ¿Qué tengo que hacer?

-Pues mira, la estamos haciendo cosquillas.

-Yo creía que la estábamos torturando, Danny.

-Ah, es cierto.

-Bueno, sea lo que sea, me uno.

-¡Vale! Sujétala, que se me está soltando por aquí.

-¡No Harry, ayúdame!

Y así fue como Harry me traicionó, pero no se lo tuve en cuenta.

Después de reírme hasta llorar y suplicar hasta reventar, me soltaron. Nos pusimos todos los bañadores y bajamos a desayunar.

Sara y Dougie ya estaban allí, comiendo tostadas con forma de corazón.

Nos dieron arcadas a todos, así que evitamos a toda costa esas tostadas.

Con las toallas al cuello, gafas de sol en los ojos y yo un gran bolso playero, nos encaminamos a la playa.

-¡Ala, mírala qué bonita!

-¡Es preciosa!

-¡Y hay poca gente!

-¡El mar idiota, el mar!

Todos se descalzaron y echaron a andar por la arena, pero yo me quedé de pie, en la calle. Danny se dio cuenta de que no iba a su lado y se giró.

-¡Eh, pero Cris! ¿No vienes?

-Es que… la arena me da repelús. No puedo pisarla.

-¿No puedes o no quieres?

Le saqué la lengua a Tom, que me devolvió el guiño.

-Voy, espera.

Vino hasta mí y me cogió en brazos.

-Vamos, pues.

Le pasé los brazos por el cuello.

-Siento que tengas que cargar conmigo.

-Bueno, me siento como un camello, la verdad.

-Anda ya.-me reí.

Llegamos hasta un sitio cerca del agua y Harry estiró una toalla para que Danny me pudiera dejarme en ella.

Nada más hacerlo, todos se quitaron la ropa y corrieron al agua.

-¡Esperad, echaros crema!-grité, mas me ignoraron.-Bah, allá ellos, que se quemen.

Con cuidado de no pisar la arena, les recogí la ropa que estaba desperdigada por todos lados y las doblé.

Sara vino y se sentó a mi lado para echarse crema.

-Puff, chica, solo me he mojado los pies, ¡pero el agua está que te mueres!

-Yo creía que estaba salada.

Me miró entornando los ojos.

-¿Por qué no te metes?

-Bueno, si eso, ahora…

Los chicos vinieron corriendo e intentaron arrástrame al agua, pero yo les di a Sara y se la llevaron.

-¡Maldita!-oí que me gritaba entre ahogadilla y ahogadilla.

Me quité la ropa y me embadurné bien de crema. No es que me gustara, pero yo tenía la piel muy pálida y con facilidad me quemaba.

Me tumbé a que me diera un poco el sol y a relajarme.

En ello estaba cuando sentí que alguien me cogía de la mano y tiraba.

-¿Qué pasa?-pregunté, mientras me quitaba las gafas.

-¡Vamos, al agua!

-¡No,Danny, suéltame!

-¡Oh, vamos, Cris! ¡Al agua!

-¡No!

-Bueno, vale, pues no vamos al agua…-Respiré tranquila cuando dijo eso.- Pero vamos a hacer otra cosa.

Me cogió en brazos y me depositó en la arena, haciéndome rodar como una croqueta. Como todavía tenía grandes cantidades de crema, se me quedó toda la arena pegada, y verdaderamente parecía una croqueta.

-¡Danny, yo te mato!¡Joder, qué asco!

-Bueno, ahora sí que no tienes excusa, ahora tienes que bañarte sí o sí.

Me cargó a la espalda como un saco de patatas y me llevó hasta el agua.

-¡No, Danny, no! ¡Qué está salada!

-Bua, respuesta incorrecta, búscate otra excusa.

-¡Está fría!

-Compruébalo tú misma.

-¡No!

Me dejó en el agua con suavidad. Me cubría hasta las rodillas.

-¿Qué, como está?

Sonreí.

-No está mal, no.

-¿Ves, desconfiada?

-No soy desconfiada, pero es que cualquiera se fía de ti.

Todos se rieron ante mi comentario.

-Bueno y ahora…¡ahogadillas!

-¡No!-grité y eché a correr.

-¡Qué alguien la atrape!-oí que gritaba Danny.

Me giré para mirar atrás y vi como los cuatro energúmenos me perseguían.

-¡Te tengo!-gritó Dougie mientras daba un salto con los brazos por delante e intentaba atraparme. Pero yo giré a la izquierda y se dio un planchazo contra una ola, perdiéndose a sí mismo. Sara se levantó y fue corriendo a ayudarle a encontrarse.

Ya solo quedaban tres.

Harry se tropezó con una concha y mordió el polvo.

Quedaba dos, y qué dos.

-¡Mía!-gritó Tom, mientras me enganchaba de una pierna y mordía yo esta vez el polvo.

-¿Cómo que tuya? Yo creía que era mía.

-¡Eh, haya paz entre los dos!-grité.

Entonces me cogieron y se pusieron a hacerme ahogadillas entre los dos. Después, me cogieron y empezaron a lanzarme entre ellos, cual pelota.

-¡Ah!

-¡Cógela!

-¡Qué se me cae!

-¡Cógela, por tú vida, Tom!

-¡La tengo!¡Ah, se me escurre!

-¡Bien, pásamela!

-¡Toma!

Después de un rato, pararon.

-Oye Tom, ¿y si te vas a hacer castillitos de arena?-le sugerí.

-Eh, no es mala idea. Voy a ello.

Y se salió a cumplir la que ahora era su meta en la vida.

-Nos hemos quedado solos.

-Lo sé, Danny.

Me agarró de la cintura.

-Eh, alto vaquero.

-Hum.

-¿Por qué no vas por mi toalla? Tengo frío.

-Yo te caliento.

-Mi toalla,gracias.

-¡Jo! Vale, ya voy por ella.

Le di un rápido beso y lo vi alejarse.

Me di la vuelta y una ola me dio en la cara. Ese no fue el problema .El problema fue que me dio en la cara un flotador en forma de patito y se me puso en la cabeza, y no sabía cómo pero me estaba ahogando.

-¡Socorro!-grité, mientras le daba manotazos al pato para librarme de él. Luché a muerte, encarnizadamente, pero finalmente el maldito pato me ganó la partida.

Sentí unos brazos que me asían con fuerza y me sacaban del agua.

¿Danny? No, me agarran con demasiada fuerza como para ser él.

Sentí que me depositaban en la arena. ¡No, con lo que yo la odiaba!

Unas manos me apretaban con fuerza el pecho.

Entorné los ojos. No, no era Danny, pero podía verle a mi lado, como a los demás.

¿Entonces,quién…?

Sentí como unos labios, suaves y frescos a pesar del calor, se posaban en los míos, salados y húmedos.

No eran los de Danny.

¿Entonces,quién…?

De pronto, empecé a toser y escupí algo de agua.

-¡Muy bien, así se hace!

Me llevé las manos a la cabeza, estaba algo mareada.

-¿Qué…?

Entonces le vi. Era Jensen. Había sido él todo ese tiempo.

Miré Danny, en su cara se cruzaban varios sentimientos, entre los cuales estaba el susto y…¿los celos? No, eso no sería.

-¿Estás bien?-oí que me preguntaba Danny mientras me abrazaba- No debí haberte dejado sola.

-No te martirices, Danny, que la culpa fue del pato.-le dije.

El pato flotador, que ahora estaba en la orilla, deshinchándose, víctima de un rastrillazo bien dando procedente de un autor desconocido.

-Gracias chico-oí que decía mi prima- Si no llega a ser por ti, mi prima hubiera muerto.

-Vamos, no creo que tanto, ¿eh? Solo se había desmayado, nada más.

-Igualmente, no te quites méritos.

-Bueno, sea como sea, ahora debería ir de vuelta al hotel a descansar.

-¿Qué?-se quejó Sara-¡Pero si acabamos de venir!

-Bueno, a mí no me cuesta ningún trabajo acompañarla…-dijo Jensen.

-No-le interrumpió Danny- Si aquí alguien tienen que acompañarla, ese seré yo, que por algo soy su novio.

Jensen levantó las manos, como si fueran a dispararle.

-Danny, si aún quieres quedarte aquí, a mí no me importa que me acompañe él.-le dije. Estaba cansada de que no me pidieran mi opinión al respecto.

Me fulminó con la mirada.

¿Pero y este quién se creía?

-No Cris, vamos todos.-dijo Tom.

-Como queráis.

Intenté levantarme y Danny y Jensen corrieron a ayudarme. No les dije nada.

Eché a andar y me tambalee un poco, a lo que Danny intentó cogerme en brazos. Lo aparté, con rabia.

-¡Puedo sola!-le dije.

-Pero si era para que no pisaras la arena…

-Ya no me importa la arena.

Llegamos al hotel y fuimos a nuestras habitaciones.

Jensen nos siguió hasta la nuestra y cuando entré en la mía, fue dispuesto a entrar también, pero Danny le detuvo.

-Tú trabajo acaba aquí, chico. A partir de ahora, me encargo yo.

-Danny, no seas borde.-le repliqué.

-Cris, estoy cinco habitaciones más allá por si necesitas algo, ¿vale? Y…- Danny le cerró la puerta en las narices.

-¿Por qué has hecho eso?

-Porque no se callaba.

-¡Él solo quería ayudar!

-¿Por qué sales en su defensa?

-¿Por qué estamos discutiendo?

-Deberías haberte visto la cara cuando te besó.

-¿Qué? Lástima que no la haya podido ver…¿sabes por qué? ¡Porque me había medio ahogao!

-Ya, pues yo si la vi.

-¿Y?

-Pues eso.¿Te gustó?

-Asique es eso, ¿eh? ¿Estás celoso o qué, Danny?

Se me quedó mirando.

-Vamos, eso es patético.

-¿Entonces, qué te pasa?

-Que te juntas mucho con ese tío…

-¿Perdona? ¡Me lo encontré ayer y hoy me ha ayudado!¡Ya está!

-¿Y los días que estemos aquí, volverás a quedar con él?

-¿Pero qué estás diciendo, Danny? ¡Mira, ya me tienes harta!-me dirigí hacia mi maleta y cogí algo de ropa para cambiarme.

-¿Qué haces?-preguntó, al ver que me dirigía hacia la puerta.

-Me voy.

-¿A dónde?

-¿Y a ti qué te importa? Ya te lo he dicho…¡me tienes harta, ya no te soporto más!

-¡Pues ale, vete!

-¡Pues eso hago, me voy!

-¡Pues vete ya y cállate!

-¡Pues ya me voy y cállate tú, idiota!

Y cerré de un portazo para no escuchar su estúpida voz.

En aquellos momentos, me quedé sola en el pasillo. Solo me apetecía hablar con una persona.

Miré nuestra puerta y conté cinco más. Esa era la de Jensen. Di un paso hacia ella. ¿Pero qué estaba haciendo? Era idiota. Negué con la cabeza. Con él no era con quién quería hablar.

Llamé a la puerta.

Tom me abrió, y me vio con los ojos anegados en lágrimas y empapada.

-¿Pero Cris, qué te…?

-Es Danny, nos hemos peleado. Y ahora, me he quedado sin ropa y sin lugar para dormir… y lo que es peor…-sollocé- creo que hasta me he quedado sin novio.


Este capítulo se escribió con ayuda de Susana (:

3 comentarios:

  1. Weee*!
    Viva la co-escritora! ( yo)
    jajajajajjajaja
    Mencanta , el 22 ya , go , fast , write fast! jkjajajajajajajajajaja
    Tequiero

    ResponderEliminar
  2. necesidad del 22 yaaa !(no quiero meter prisa ni nada e.e)

    ResponderEliminar
  3. Te sigo,¿me sigues? http://your-silence-is-a-scary-sound.blogspot.com/ ^^

    es bastante bueno *_*

    ResponderEliminar