miércoles, 13 de julio de 2011

Caperucita roja, ¿a quién tienes miedo?

Ayer me terminé ese libro y decidí que, como aún lo tenía fresco, vería la película.
Me la puse aproximadamente a la una de la noche, aunque, por circunstancias de la vida, no acabó hasta las cuatro de la mañana.
Tanto el libro como la película me gustaron mucho y me fui a la cama con las imágenes de esta en la cabeza. Creo que así fue como empezó todo.
Mientras veía la película, comentaba fotos de McFly y mi retorcida mente dio paso a otra pesadilla, con escenas de la película.
Estaba tumbada en una cama de una cabaña, cómoda, al lado de Danny.
-Danny...que ojos más grandes tienes.
-Son para verte mejor.
-Danny...que orejas más grandes tienes.
Sonrió.
-Son para oírte mejor.
-Danny...que dientes más grandes tienes.
-Son para comerte mejor.
Acto seguido, se abalanzó sobre mí. Cerré los ojos con fuerza y grité.
Cuando volví a abrirlos, ya no estaba en la cama de la cabaña con Danny al lado.
Estaba sola, de rodillas sobre la nieve, en medio del bosque. Una gran capa roja me protegía del frío. Me puse la caperuza, para tener más calor.
Entonces, lo oí. Unas pisadas que rompían la llana superficie de nieve.
Crak,crak,crak.
Levanté la cabeza para mirar lo que producía aquel sonido. Quizá no debería haberlo hecho.
A unos pocos metros de mí, entre los arboles, se alzaba un enorme lobo negro.
Debería estar asustada, pero lo cierto era que no lo estaba. Algo me decía que el lobo no me haría daño.
De un salto, el lobo se colocó frente a mí, poniendo su cabeza a mi altura y mirándome a los ojos. Le devolví la mirada.
De pronto, sentí como una patada en el estómago.
Los ojos con los que el lobo me miraba eran azules y allí solo había una persona que los tuviera así...
"El Lobo es alguien de la aldea. Podría ser vuestro hermano,vuestro mejor amigo, vuestro hijo o incluso vuestra esposa".
En ese momento, lo entendí todo.
-Vente conmigo,Cris.Vente conmigo.-dijo el Lobo.
-Pero...n-no...
-Vente conmigo o mataré a todo al que ames.
Sabía que el Lobo tenía prisa porque tomara una decisión, como también sabía que nunca cumpliría su amenaza.
Levanté la cabeza y miré al cielo. La luna estaba roja."La Luna de sangre". El único momento en el que si eras mordido por un hombre lobo podías convertirte en uno de ellos.
Cerré los ojos con fuerza y volví a abrirlos, desafiándole con la mirada.
-No permitiré que destruyas mi hogar, a mis amigos.
El Lobo gruñó.
-Me iré contigo...Danny. Me voy contigo. Te quiero.
Pude ver un destello en los ojos del Lobo al verse reconocido, aunque no supe cómo interpretarlo.Quizá fuera sorpresa,quizás, como yo, deseo.
-Danny...
Estiré la mano y le toqué el pelaje. No se movió. Tenía un tacto sumamente agradable.
Resopló y dio un paso atrás.
-Te quiero.-oí que me decía antes de tirarse sobre mí y clavarme los dientes en el brazo derecho.
Grité.

Me desperté a las siete y media de la mañana, resoplando con fuerza. Lo primero que hice fue mirarme el brazo, que estaba intacto salvo por un arañazo reciente que no recordaba haberme hecho.
Me tumbé de nuevo y esperé a conciliar el sueño, cosa que me fue imposible. Sentía el tacto de la caperuza sobre mí, el tacto del pelaje de Danny, los dientes clavándose en mi brazo...
Mi madre, cuando se levantó, me preguntó qué me había pasado, que me había escuchado dar un grito.
-No lo sé, madre.
-¿Otra pesadilla?
-Sí,supongo.
-¿De qué trataba?
-No me acuerdo.
No podía decirla la verdad, que tenía esas imágenes grabadas a fuego en la mente.Todo había sido tan real...
-No sé que te pasa últimamente,hija.
-Ni yo tampoco madre, ni yo tampoco.
-Te he escuchado reír en sueños...¿pero gritar?
-Fíjate si me gusta reírme que hasta dormida lo hago. 24 horas de risas interminables.
Mi madre rió y cambiamos de tema, aunque en mi mente se seguía reproduciendo una y otra vez el sueño. La caperuza, los ojos azules del lobo, Danny tumbado a mi lado, la luna roja...

Danny,Danny Jones...¿qué estás haciendo conmigo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario