lunes, 4 de julio de 2011

~Capítulo 17~

-¡Feliz cumpleaños, Cris!

Se encendieron las luces y vi a Danny, con un gorrito de esos de fiesta puesto en la cabeza, a Sara, a Tom con una peluca verde fosforito que hacía daño a la vista y a Dougie con unas gafas tres veces más grandes que su cabeza.

Yo me quedé sin habla.

Me di la vuelta y me encaré a Harry.

-¡Así que lo de las sartenes era una burda trampa!

-Sí…pero al final me ha salido bien.

Todos se acercaron y me dieron un abrazo.

-Gracias, chicos-les dije- Menos mal que no habías puesto globitos ni nada de eso…

-¿Cómo que no?-dijo Sara- Vamos, pasa al salón.

-Me dais miedo…

Pasé al comedor. Miles de globos flotaban por el techo.

-Yo sus mato a todos.

Se rieron.

-¡Venga, ahora vamos a jugar a explotarlos!

-¡Sí!

-Creo que me gusta esta parte.

Nos pusimos a explotarlos a patadas, mordiscos, pinchazos, arañazos, cabezazos e incluso en el caso de Dougie, el cual había cogido una escoba, a escobazos.

Después, nos pusimos música, hicimos el chorra, comimos lo que habían puesto en la mesa, imitamos películas, nos tiramos por el suelo y finalmente, bailamos un rato.

-¡Y ahora, los regalos!

-Oh, no, pero si no teníais que molestaros...no tenéis por qué regalarme nada, en serio…- me miraron con tal cara que me hicieron enmudecer.

-¡Sí, sí, los regalos!¡Los regalos, los regalos!-cantaron todos.

Me hacían sentir como una criaja de cinco años.

-¡El mío el primero!-dijo Dougie.

-Claro, Dougie.-le respondí sonriendo.

Cogí el paquete que me tendía y lo abrí.

-¡Ohh, qué bonita Doug!-exclamé, mientras miraba con atención la camiseta que había dentro de la caja.

-¿Te gusta? Es de mi colección. Una Zukie.

-Gustarme es poco. ¡Me encanta! Muchísimas gracias, Dougie.

-Acabo de sacar una nueva línea para chicas, pensé que quizá te gustaría ser la primera chica en llevar una…

-¡Eh!-saltó mi prima.

-Tss, S, que para ti tengo otra especial, ya verás…pero ahora es su cumpleaños.

Sara sonrió.

-Ahora yo, yo.-saltó Tom.

-Haber, señor de las sartenes…-dije riéndome.

Abrí lo que me tendía.

-¡Oh, gracias Tom! “Crepúsculo, lo que hay detrás de las cámaras edición deluxe, y cómo se hizo el cómo se hizo” ¡Justo lo que quería! ¿Cómo lo supiste?

Se encogió de hombros.

-Un pajarito me dijo que tenías por ahí el libro de Crepúsculo y bueno…

Miré a Danny.

-Eres un espía.

-Uno hace lo que puede.

-¡Jo, muchísimas gracias, Tom! Eres grande, muy grande.

Se rió y le abracé.

-Eh, a mí nadie me ha abrazo antes…

-Es que si no Sara me pega.-le dije.

-Bueno Dougie, no te enfades, que ya te abrazo yo.

Y Harry le dio un bonito abrazo, le aplaudimos todos y seguimos a lo nuestro.

-Ahora es mi turno.

Sara se le coló a Harry por toda la geta, pero ninguno le dijimos nada.

-Emm…gracias Sara.

Me había regalado un cartel para la puerta que ponía “No molestar, I´m having sex” así, tal cual.

Todos se reían de mí en mi cara y yo no podía hacer nada para evitarlo.

-Ahora sí que me toca a mí-dijo Harry.

Olisqueé con atención su regalo.

-No me lo digas, una sartén.

Se rió.

Era una caja de tamaño considerable que tenía todos sus discos dentro y unas gafas de esas de aviador que un día dije que me gustaban.

-Jo, Harry… tú también eres muy grande.

Le abracé.

-Y solo quedo yo.

Danny dio un paso adelante.

Empecé a dar palmitas y saltitos en la mesa que estaba sentada.

-No es gran cosa.-me dijo.

-Danny, viniendo de ti, cualquier cosa es algo de infinito valor para mí.

Sonrió.

Me tendió una caja de tamaño medio, envuelta con un lazo rojo.

-¡Oh!-dije.

La cogí y la abracé.

Después, con cuidado, le quité el lazo y me lo até en la cabeza. Acto seguido, procedí a abrir la caja.

Dentro, había un papel.

“Te regalo mi corazón para siempre (:”

-¡Oh, Danny!-exclamé, emocionada- ¡Es el mejor regalo que me podías haber hecho!

Le abracé con fuerza y después le besé delante de todos.

-¡Ohh,qué bonito!

-¡Pero usad el cartel, marranos!

-¡Eso,eso!

Solté a Danny para permitirle respirar.

-Mira dentro de la caja. Te has dejado algo.

-¿El qué?-dije, mientras levantaba el papel y buscaba dentro.-¡Oh!¿Qué es…?

Lo cogí. Era un collar. Una cadena de oro que en medio tenía…

-¡Un husky!-grité, conmovida.

-Me acordé de Kate. Si no llega a ser por tú perra, no nos hubiéramos conocido.

-¡Oh, Danny!

Le abracé con más fuerza.

-No se puede ser más mono que tú…

Todos carraspearon y señalaron el cartel. Danny me sujetó antes de que pudiera darles una patada a todos en la cara.

-Aparte del cartel…-dije- Chicos, muchísimas gracias, de verdad… ni en mil años podría agradeceros todo esto…

-Ni falta que nos hace, Cris.

-Sí.

-Nos lo estamos pasando bien.

-¡Sí!

-¡Y nos gustan las fiestas!

-¡Sí!

-¡Y los regalos!

-¡Sí!

-¡Y los carteles con eslogans raros!

-¡Sí eh…sí!

-¡Yo os mato!

Nos reímos.

Mientras los demás bebían no se qué historia, me salí afuera y me senté en el balancín que tan buenos momentos me había dado.

Como era de esperar, Danny no tardó en venir y sentarse a mi lado.

-Gracias por la fiesta.

-Si no llega a ser por tu prima… ¿por qué no nos dijiste que ibas a cumplir años?

-¿Y qué os iba a decir? ¡Eh, vamos, que cumplo diecinueve años, vamos a hacer una party hard! Nunca me han gustado los cumpleaños.

Danny rió.

-Diecinueve años es una cifra importante.

-Es una cifra alta. Me hago mayor, Danny.

Estalló en carcajadas.

-¡Si tú te haces mayor, ¿entonces yo?!

- Tú no aparentas tener los que tienes… yo aparento tener más de los que realmente tengo.

-Uy, que mentira. ¿Y qué sugieres? ¿Le decimos a Harry que nos muerda a los dos y nos hacemos vampiros para toda la eternidad y ese rollo tipo Crepúsculo?

-¿Cómo sabes eso? ¿Te has leído el libro?

-Em…¿no podemos hablar de otra cosa?

-¡Te lo has leído!-dije entre carcajadas.

-No, no me lo he leído… bueno vale, sí. Ese y los que siguen. Era un vuelo muy largo, y me aburría…y estaban allí puestos para que los leyeras…no fue culpa mía.

No podía parar de reírme.

-Fue cuando cenamos juntos y te quedaste dormida…cuando te subí arriba…vi el libro…y cuando volé a Francia… me acordé de ti y los leí.

-Pero si estábamos enfadados…

Se encogió de hombros.

Le abracé.

-Eres lo más bonito que he visto nunca.

Rió.

-Me encanta Kate- dije, mientras abría la mano y le enseñaba el colgante que había llevado en ella todo el rato.

-¿Te lo cuelgo?

-Por favor.

Le di la espalda y me aparté el pelo del cuello, para que pudiera ver.

-Ya está.

-Gracias.

-Creo que hay otra cosa en la que no te has fijado…

-¿En qué?

-¿Has probado a mirar detrás del perro?

-¿Eh?

Le di la vuelta.

-Pone… ¡Oh, Danny! ¡Pone nuestros nombres!¡Y la fecha, pone hasta nuestra fecha!

Sonrió.

-Decir que me encanta es poco…no sé con qué adjetivo calificarlo… ¿brutal, bestial?

Sonrió.

Le besé.

-¿Has oído eso?-pregunté.

-¿El qué?

-Como…un coche.

Me levanté de encima de él, sitio donde me había colocado estratégicamente.

En ese momento, sonó el timbre.

Danny y yo nos miramos.

Se levantó y nos dirigimos al hall.

-¡Cristina!

-No…-dije, por lo bajo al ver a Sergio y a Virginia en la puerta.

-¡Dios!¡Pero si eso que tienes detrás es Danny Jones!

Virginia echó a correr, me apartó bruscamente, cayendo yo al suelo y se tiró sobre Danny.

Tom me ayudó a levantarme.

Virginia agarraba a Danny como no había agarrado a nadie en su vida, y este me miraba con cara de “¿qué hago?”.

Le hice un gesto para que entendiera que aguantara un poco. Era normal. Virginia era mi amiga y estaba emocionada. No todos los días te encontrabas con tu ídolo en una casa así, de esta manera.

-Cris…-Sergio se acercó a mí y me abrazó.-Cuántísimo tiempo sin verte…-y me besó, así, sin más.

Me separé de él bruscamente. Miré a los lados. Todos se habían quedado callados.

-¿Qué…qué hacéis aquí?-pregunté.

-Como te fuiste sin despedirte… pues pensamos darte una sorpresa por tu cumpleaños. ¿Y qué mejor sorpresa que nosotros, verdad, Vir?

-Aunque la sorpresa me la he llevado yo.-dijo esta, sin apartar los ojos ni un solo segundo de Danny.-¡Cris! ¿Cuándo pensabas contarme que conocías así a Danny? ¡Hubiera venido corriendo nada más saberlo!

No la respondí.

Me eché para atrás y salí corriendo por la puerta, cerrándola tras de mí. Salí a la calle y eché a correr, lejos de casa.

Y corrí, y corrí y corrí, lejos, lejos de aquel sitio.

Cuando me cansé, me senté en la acera, en mitad de la calle, y me agarré las rodillas con los brazos, metiendo la cabeza entre ellas.

-¡Eh,eh,eh! ¿Qué pasa, Cris? ¿Qué te pasa?

En menos de un segundo, los brazos de Tom me cubrieron.

Yo me puse a sollozar.

Le sentí sentarse a mi lado, sin soltarme ni un momento.

-¿Qué ocurre, por qué has salido corriendo?-me escuchó sollozar-¿Por qué lloras?

Levanté la cabeza y le miré.

-¡Oh, Tom! ¡Todo estaba tan bien! ¡Con Danny y vosotros! ¡Lo estábamos pasando bien y, de pronto, aparecen ellos! ¡¿Por qué, Tom, dime, por qué?!

Tom se limitó a esperar a que continuara.

-Yo…yo…yo pensaba que todo iba a seguir bien, ahora que por fin…había conseguido estar de buenas con Danny… ¡y ahora aparecen ellos! Yo había conseguido desconectar de mi vida allí, en Madrid… y vienen ellos… ¡para recordármela!

Abracé a Tom con fuerza. Él se balanceaba adelante y atrás, mientras me susurraba palabras para que me tranquilizara.

-Pero Tom… ¡ya lo has visto! ¿Cómo voy a conseguir estar con Danny con esos dos de por medio? Entre que una está loca por él… y el otro… bueno, ya lo has visto.

-Pues habla con ellos, son tus amigos, ¿no? Tendrán que entenderlo.

-¿Entenderlo? Sí. ¿Dejarlo estar? No. Virgi no entiende eso. Me perdonó cuando me subió al escenario… pero otra cosa muy distinta es lo que tenemos ahora. Si ella siguiera allí, en España y yo se lo contara… acabaría por entenderlo, dado que no podría hacer nada. Pero ahora está aquí, Tom. ¡Está aquí!

-¿Y eso qué importa? ¿Dudas de Danny?

Reí, mientras las lágrimas brotaban de mis ojos.

-No Tom, claro que no. Yo sé que Danny me quiere. Lo que quiero decir es que no sé hasta dónde es capaz de llegar Vir, cuál insoportable se puede volver convivir con ella, con la tensión en el ambiente…

Tom me secó una lágrima con su mano.

-Eso tiene fácil solución. Vente con nosotros a casa. Está abierta para ti, ya lo sabes.

Sonreí.

-Oh, Tom. Muchas gracias. Pero no puedo. ¿Cómo voy a dejar a Sara sola con esos payasos?

Rió ante el uso de la palabra “payasos” para definir a mis amigos.

-Pues mandamos a Dougie con ella, para que la proteja.

-Se lo comen vivo.

Volvió a reír.

-Dougie es más fuerte de lo que parece.

-Te creo.

-Pero vamos, si quieres seguir allí, sigue. Yo te he dado esa posibilidad.

-Que no descartaré.-volví a echarme a llorar- Pero Tom… ¡no quiero verles las caras! Estaba a gusto sin ellos… ¿Cómo voy a volver a casa, así? Ya puedo verlo…Virginia tan cerca de Danny como pueda… y Sergio…

-Chsst, tranquila. Que Harry y yo vamos a estar ahí para que no te pase nada.

Me pasó la mano por el pelo, tranquilizándome.

-Tenemos que volver.

-No, no quiero…

-Lo primero que vamos a hacer es ir a mi casa, te lavas un poco la cara, te relajas y, después, volvemos.

-Les diré que me he bebido una cerveza de más y que me encontraba mal. Como saben que no bebo…

-Me gusta tu manera de pensar.-rió.- Y tranquila, Harry y yo estaremos ahí para rescatarte. Y nuestra casa está abierta para cuando quieras.

Sonreí.

-Tom… lo siento. No paro de daros problemas. Primero, lo que has tenido que correr para perseguirme… y ahora esto.

-¡Oh, vamos!-rió.-¡No me digas que te sientes mal por haberme hecho correr un poquito!

Asentí.

-Pues no tienes por qué. Me gusta correr por las noches, solo que soy demasiado perezoso para hacerlo. Hoy me has dado una excusa.

Sonreí.

-Gracias por todo, Tom.

-No hay porqué darlas, Cris.

Nos levantamos del suelo y echamos a andar, de regreso casa.

-Quiero que sepas Tom, que te quiero y te aprecio.

Se rió.

-Yo también te quiero y te aprecio.

-Ahora me siento mejor, sabiendo eso.

-¿Sí? Yo en tu lugar, estaría desmotivado.

-¡Qué cosas dices!-reí.

Llegamos a su casa.

Entramos y me dirigí al baño, donde me lavé la cara a conciencia, pero los ojos rojos no había quien me los quitara.

Volvimos a casa.

Tal y como predije, Danny estaba sentado en el sofá, con Virginia prácticamente encima, aburriéndome con alguna de sus charlas.

Cuando nos vio entrar a Tom y a mí, se levantó.

-¿Dónde estabais?-preguntó Sergio.

Le miré con cara de “¿a ti qué coño te importa?”.

-Me he bebido una cerveza de más…

-Pero si tú no bebes.

-Hoy, sí.

-¡Ay, Cris!-dijo Virgi- Si es que no tienes remedio.

Asentí.

-Creo que tenemos que irnos ya.-dijo Harry.

-Sí, estamos todos cansados.

-Sí.

Nos despedimos todos y nos quedamos Sara, Sergio, Virgi y yo.

-¡Y tía, le miré a los ojos y le dije que era el chico más guapo del mundo y…!

Mientras subía la escalera, Vir no paraba de martillearme con las cosas que le había dicho a Danny en mi ausencia.

-Creo que me quiere.-soltó.

-¿Qué?

Me di la vuelta y me encaré a ella.

-Creo que ha sido amor a primera vista, como en la canción de “If U C Kate”
Decirme una buena razón para no darle una patada en la cara.

-Sí, di lo que quieras. Mañana hablamos, me voy a dormir.

Cerré la puerta de mi cuarto tras de mí.

Esperé a que todos se fueran a acostar y estuviera en silencio. Cuando lo creí así, me levanté, bajé las escaleras con mucho cuidado y salí por la puerta.

Tom me había dicho que dejaría la ventana abierta para que pudiera entrar.

Me colé en casa y subí corriendo las escaleras.

Abrí la puerta del cuarto de Danny.

-¡Cris!

Este estaba sentado en la cama, supuse que pensando.

-¡Danny!

Me tiré encima de él y me puse a llorar otra vez.

1 comentario:

  1. me encanta tu novela enserio, me tienes enganchadisima :)
    espero que las cosas entre Danny y Cris sigan bien
    Besos (K)

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